El Oscuro

Escribir. Debía escribir. Seguir escribiendo como fuera. En el formato que fuera. De la manera que fuera. Sin esperar orden ni coherencia ya que la espera frena. No puedo ser frenado en este actuar vital que puedo hacer diariamente pero que no culmino por pensar en estructuras lógicas que no tiene sentido aplicar. Porque no soy uno solo, porque hay más personas en mí, porque la realidad no es una y lineal sino multiexistencial y con una temporalidad total donde pasado, presente y futuro fluyen aleatoriamente sin orden ni sentido. Por eso mismo buscar orden y sentido es una locura. Lo más cuerdo es dejar fluir este aparente sinsentido multiexistencial que es la realidad incomprensible que atisbo y que no debo intentar comprender; simplemente vivir. Proseguía evolucionando ya sin intentar entender ni buscar explicaciones ni porqués. Mi habitáculo origen de cables y pastillas fue cambiado por una habitación más grande en la que me movía desconectado y ahora, paseo por todo un Bosque Oscuro. Mi mano es sujeta en este paseo por La Dama del Bosque que me mira tiernamente mientras me dice que soy bienvenido de nuevo a mi hogar. Hoy, soy: El Oscuro.