A veces pensaba que debías morir

A veces pensaba que debías morir. Como si esa fuera la puerta a la libertad. No era nada personal, también lo había pensado anteriormente con otras personas, como si eso justificará el pensamiento. Sabía que no estaba bien pero, no podía evitar pensarlo. No me consideraba mala persona pero cuando estas ideas surgían dudaba de los conceptos inculcados del bien y del mal, de mi autosuficiencia y de si debía volver a los cables, ventosas y bocadillos de pastillas. Nunca estuve enfermo realmente. Nunca necesite de esos tratamientos. Siempre fui superior y por eso me adormecieron e hicieron creer que mi mente era un peligro para mi y para los de mi entorno. Me cure, eso dijeron. Me devolvieron mis licencias para largos viajes espaciales y mis visiones sobre lazos, manos pequeñas, aguas, insectos y diversidad de líquidos fluidos en comunión, desaparecieron; al menos despierto. Dormido ya era otra cuestión pero como no solía recordar mis sueños, solo acaso sensaciones, pues ni decía, ni me preocupaba por nada. Aprendí a no desear controlarlo todo aunque sabía que era capaz de ello. Hacerlo sería trascender y me sentía demasiado ligado aún al ser humano. Quizá, si algún día te matara, trascendería definitivamente. Era tan fácil. Pero no era el momento. Aún me sentía parte de esta colmena humana, algo apartado pero parte de un engranaje comunitario. A lo mejor algún día decido matarte, eliminar mis vínculos de especie y vivir definitivamente el resto de mis días en Luna 19, adoptado por mi nuevos amigos de raza.