Eliminando mierda

Fumaba mientras el mal olor que impregnaba la estancia penetraba en lo más profundo de mí. Salí y me encontré a un tío cagando en mitad del pasillo. Lo miré, me miró, no nos conocíamos, continuo cagando tan tranquilo. Su mierda era detestable y carente de conocimiento alguno. Su mente no contenía nada significativo y por extensión, nada que transmitir en su mierda. Era, tanto su mierda como él, puro desecho totalmente prescindible. Saque mi blaster y efectúe un tiro laser rápido y certero. El tío quedo ahí tal cual, rígido, como los cagones de los belenes. El mal olor desapareció. Encendí un cigarrillo. No era un mal día. Había solventado el problema del mal olor y lo mas importante: Ya tenia mi billete para Luna 19. Baje a la licorería a ver si, con suerte, encontraba algún amigo que me invitará a echar un trago para celebrarlo.