Cuerpos de un cuerpo mayor

Aún no había recibido respuesta para mi solicitud de desacoplamiento. La Red continuaba con su comportamiento extraño. Me tenían preocupado las constantes peticiones de crédito para continuar. ¿Se habría encarecido el uso de La Red y no me había enterado? Quizá estuviera en alguna de esas fases ocasionales de mantenimiento y limpieza. Al no poder desconectarse sin provocar daños irreparables en las unidades biológicas, ejecutar este barrido junto al proceso diario de requerimientos operativos, debía ralentizarla y provocar errores. Los cables conectados a mi cuerpo me daban oxigeno, me hidrataban y me alimentaban. Las sondas eliminaban mis desechos corporales. Las ventosas cuidaban mis músculos y huesos de su escasa movilidad. Los bocadillos de pastillas eliminaban el dolor y adormecían cualquier pensamiento de horror o estrés posible. Aquí comía, aquí cagaba, aquí meaba, aquí dormía, aquí escribía, aquí trabajaba, aquí soñaba... En mi horario laboral como artillero disparaba a todo lo que pudiera dañar el navío: a los asteroides, a la basura espacial (cada vez más) que llevábamos generando tras tantos miles de años moviéndonos por el espacio, a las naves de empresas mineras que pensarán en robar de los estómagos de nuestras bodegas, a esclavistas que quisieran abordarnos y llevarnos a otras naves (como si eso fuera peor a estar aquí)... Cuando quería hablar con mi compañero artillero o con mi escasa familia y amigos me conectaba con mi avatar a La Red. Cuando quería follar buscaba a cualquier puta barata o avatar que lo deseara. Mi traje, ademas de asearme y aportarme la temperatura necesaria simulaba todas las experiencias ¿reales? No entraba mucho en los Mundos Ideales, prefería la soledad de mi blog, de este resquicio de un pasado extinto. No sabía realmente porqué. Me preguntaba si todo esto que pensaba y escribía le pasaba a alguien más por la cabeza. Supongo que esta locura que venía de fabrica era la causante además de los cables, ventosas, bocadillos de pastillas, trabajos y realidades múltiples que experimentábamos desde que nacíamos y nos conectaban a esta madre de metal que nos alimentaba y nos daba oxigeno y calor (este era personalizado ya que era un gasto inasumible crear un hábitat para un navío de tales proporciones)... Protegidos del vacío a cambio de nuestra vida y sumisión a sus directrices, el navío era ser un ser vivo que nos utilizaba como células, órganos, glóbulos, plaquetas... ¿Serían todos los navíos iguales? La semana que viene pasábamos rozando el perímetro de seguridad que rodeaba a Luna 19.